Martina/ diciembre 12, 2018/ Curiosidades

La práctica deportiva se ve casi siempre como algo positivo para la salud, ya que a través de ella nos estamos manteniendo en forma y conseguimos que nuestro cuerpo esté mucho más sano y fuerte. Sin embargo, hay algunos deportes que, más allá de fortalecernos, también pueden ser tremendamente peligrosos e incluso ir en contra de nuestra propia integridad física. Tal es el caso del lethwei, conocido popularmente como boxeo birmano, un deporte ancestral que se está volviendo muy popular en los últimos años en todo el mundo, ya que la mayoría lo denominan como una de las artes marciales más peligrosas que existen.

Tal vez solo el muay thai se le pueda comparar en violencia y ferocidad, y es que el lethwei es un deporte muy físico, un arte marcial donde casi cualquier contacto está permitido. Los luchadores pueden utilizar todo su cuerpo para atacar a su rival. No existen los golpes bajos, aunque está prohibido golpear al rival en los ojos. Los luchadores no llevan guantes, solo vendas, y pueden dar puñetazos a sus rivales con los nudillos, codazos, cabezazos o incluso rodillazos. Todo está permitido en uno de los deportes más peligrosos, donde normalmente el combate se finaliza por KO, y donde casi nunca nadie se retira.

boxeo birmano

Deporte de contacto donde todo el cuerpo es un arma

La principal característica de este deporte es que todo el cuerpo puede servir como arma. Al contrario de otros deportes de contacto, en el lethwei no está prohibido golpear con las piernas o las rodillas, ni con los codos o los puños, ni siquiera con la cabeza. Vale cualquier tipo de golpe siempre que no sea a los ojos, y esto provoca que el deporte sea mucho más espectacular, porque al golpear sin guantes, los directos son mucho más dolorosos. Sin duda alguna hay que estar hechos de otra pasta para aguantar un combate así, y no solo saber golpear fuerte, sino también saber aguantar los envites del contrario cuando nos toca defendernos. Como todos los golpes están permitidos, la mayoría de veces la victoria se consigue a través de un KO, dejando al rival semiinconsciente, o algo mucho peor…

Boxeo birmano: sus aspectos más extremos

Esta práctica ha conseguido un gran predicamento en Birmania, su lugar de origen, donde se remonta 1.800 años, hasta el siglo III, cuando los monjes budistas decidieron comenzar a defenderse de alguna forma para evitar ser masacrados. Con el tiempo, la práctica ha ido evolucionando, pero en esencia sigue siendo el mismo deporte duro y salvaje de siglos atrás. El poder utilizar todo el cuerpo para golpear a nuestros rivales es el punto más extremo de este tipo de pelea, porque algunos golpes son realmente duros y dolorosos y pueden dejar muy maltrechos a los luchadores. De esa forma, se han llegado a dar incluso muertes en el boxeo birmano, ya que la protección de los luchadores es prácticamente inexistente, y deben afrontar todos los golpes con su propio cuerpo.

boxeo birmano

K.O. o la rendición del rival, son las únicas formas de ganar

Aunque hay un par de árbitros y hasta seis jueces siguiendo cada combate oficial, lo cierto es que el lethwei no cuenta con demasiadas reglas. Esto hace que para ganar un combate no se midan ni puntos, ni contacto ni nada de eso, simplemente el KO, o la rendición del oponente, que se da en muy pocas ocasiones. Al contrario que en otras artes marciales, donde el KO apenas se suele dar y los luchadores llegan hasta el final sobre el ring, la dureza del boxeo birmano propicia que el final del combate se de por knockout definitivo, a veces con el perdedor inconsciente en el suelo del ring. Si el contrincante decide retirarse o rendirse se toma como un signo de debilidad, por eso la mayoría de los combates no acaban de esa manera, sino con la victoria de uno de los dos combatientes, y el otro en el suelo, incapaz de levantarse.

¿Es la muerte algo normal en la práctica de esta arte marcial?

Catalogar al lethwei como uno de los deportes más letales del mundo no es amarillismo ni exageración. Estamos hablando de una práctica en la que se pueden propinar rodillazos, codazos y todo tipo de golpes en todo el cuerpo, incluso en zonas sensibles como el pecho, la garganta o las cervicales. Son muy raros los combates en los que un luchador se rinde antes de ser derrotado por KO, así que suelen llegar hasta el final… con todas sus consecuencias. Ese final puede ser terrible y en muchos casos incluso mortal, sobre todo en combates clandestinos, en los que muchos luchadores todavía son demasiado jóvenes y no son conscientes del peligro que corren. No hay cifras oficiales, pero los entendidos en boxeo birmano afirman que las muertes pueden contarse por decenas cada año, en las peleas clandestinas.